“El color me posee, no tengo necesidad de perseguirlo, sé que me posee para siempre… el color y yo somos una sola cosa. Yo soy pintor”. (Klee)
Solo él, como si del rey Midas se tratase, ha sido capaz de convertir el blanco de Campo Baeza, en oro. Solo él, maestro de maestros, ha sabido aunar Bauhaus con rosas, con azules, con verdes, rojos, amarillos, …
Como si el espíritu de Rothko hubiese poseído su arquitectura, como si un satánico Paul Klee hubiese embrujado su obra, como si nuestra querida Elena Uranga hubiese decidido los tonos de aquellos muros infinitos, …, Barragán aporta el color más bello a la arquitectura más racional.
Paisajista, amante del aquel color de las flores, de la lava; dominado, cual amante sometido, por el azar de la naturaleza, inundó de humanidad, la modernidad.
Autor de la Fuente de los Amantes, bebedero de caballos, la fuente más bella; autor de la casa de San Cristobal, surrealista, teatral, rosa, donde interior y exterior se confunden con lo emocional, espectáculo de desasidos amarillos, inocentes tierras, pálidos rojos, …
“El color es el sufrimiento de la luz”
F.N.