Turba de ámbar exclusivo con Estévez. El triángulo amoroso de margaritas, princesas y vagabundos.
Después de releer el artículo “Siete Sentidos”, he echado en falta relacionar cada uno de los sentidos con nuestras emociones.
Hace tiempo, mi gran amigo Chema, recurrente de mis recuerdos, me regaló una botella de Lagavulin, escocés con largo paladar de malta ahumada y amistad. Y con la precisión impúdica del suizo, el brillante acíbar colma mi melancolía de dorados momentos.
Y mi hijo Pepe celebró conmigo una de las mejores noticias del año, con un Hibiki de ámbar brillante y sabores frutales. Reservado ya, solo para nosotros, brindamos con notas de ciruela y sirope de caramelo, testigo japonés de orgullo paterno.
Taninos de viñas viejas Malleolus, con sabor a fruta y madera especiada, disponible únicamente para compartir cascos y santos romanes. El Cointreau de cuevas, larras, casados y cristinas.
Emboques curtidos de amistad.
F.N.