En el mirador más bello, donde confluyen mares, verdes y tempestades, cuando el tedio amenaza la dignidad, me preguntan con qué persona ILUSTRE me gustaría tener una tarde de camilla a dos, una noche de anécdotas y confidencias, una cena a la luz de veleros traslúcidos de Sargadelos.
Y claro, atropellan mi mente los geniales Buonarotti y Cervantes, los increíbles Carvajal y Gaudí, mi Bécquer, mi Pardo Bazán, los elegantes Mies, Goya y Palencia, las exquisitas Aino Aalto y Florence Knoll.
Pero no, esta vez, no quiero “ilustres” intocables.
Quiero hablar de hormigones y blancos con Javier Carvajal hijo y Pereda.
Quiero un rato de sensibilidad y timidez al lado de Mabel Arce.
Quiero claudicar de bondad y bonhomía al lado de mi padre.
Quiero risas, música y cointreau con Pepe Casado.
Quiero recordar aquel rojo talle con Carmen Campillo.
Quiero vagar por el ocaso de un museo cualquiera con mi querida hermana.
Quiero rosas, verdes. Quiero un vino con Sue Ellen.
Quiero princesas y huitlacoche.
Quiero una cena a 6 con San Romanes y Malleolus.
Quiero un melancólico y descolorido Lagavulin con mi sobrino Antonio.
Quiero…
F.N.
