Estaba concentrado en la ilustración de una línea del tiempo para que mis hijos recordaran las fechas más básicas de la historia cuando me he topado, obligado y sin quererlo, con Isabel y Fernando…
Porque al igual que el sofá victoriano de Jacob Tonski, el equilibrio perfecto tiene algo que cautiva. Parece ser, que para mantener esta instalación en estado no-gravitacional, Tonski ha instalado un mecanismo que detecta la inclinación y ejerce la fuerza adecuada para contrarrestar la caída.
Y he recordado lo gustoso que es estar con parejas en equilibrio perfecto, símbolo de perfección, símbolo de bondad y refinamiento, como el que Tato le ofrece a la maravillosa Susan, como la mesura de Lleó para con María, como la exacta proporción que Begoña añade al café diario de Jose, como la armonía de Pepe y Cristina, como los eternos Jose y Cheli Zatarain, como Rey con mi hijo, como el que Carmen le ofrece a Jorge, como la invencible belleza de Verónica con el mayor de los Sancho …
Arrogante armonía.
F.N.
Comentarios