Siempre me ha generado una insana envidia la imponderable amistad de esas personas absolutamente fieles, personas cuyas voluntades se unen con la fuerza del amor de aquél primerizo enamorado.
Envidia y celos por la pleitesía del acompañante devoto de Jack el Destripador, la entrega de Sancho Panza, la lealtad del Doctor Watson para con Holmes y el amor sin condiciones de Snowy con Tintín. Envidia de la inmortal amistad de Harry Potter con Ron y Hermione, la escarlata pasión de Juárez por Amaya, celoso incluso, de la complicidad de Andy y Red en “Cadena Perpetua”.
Amistad y eterna devoción, como la de María con Lola y Lozón, Marina por Villa, Cascos por Teresa y Margarita por Estévez, como E.T. con Elliott, Susana con Tato, con todos, JporB, como Braulio y Cristina por Casado, Friday con Robinson Crusoe, Teresa por Lucas&A&F&L, Jorge por su padre, Thelma con Louise, la González por Pepe, Pepe por José, José por Tita, Tita por Quique …
Por mi querida María, mis padres, mis hijos.
F.N.
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