Hemos tenido la gran suerte de poder diseñar y construir una vivienda excepcional.
Excepcional en muchos sentidos.
Excepcional primero y lo más importante, por los propietarios, jóvenes, especiales, respetuosos
y amables, ilusionados, …
Excepcional por los profesionales con los que hemos podido colaborar, Raúl Martins interiorista experto, educado y trabajador; Fernando Pozuelo amante del paisajismo y la jardinería, entregado, siempre generoso y considerado, Pablo Ramírez arquitecto con mayúsculas y amigo, Juan Pablo Arellano, sabio aparejador, Jesús Segovia el mejor jefe de obra posible.
Y por supuesto, excepcional por los proveedores que nos han ayudado a construirla, Javier Sastre, Felipe Segovia, Sergio Molina, Roberto Martín, Herminio, Manuel Martín Jaro, José Luis
Calderón, Rafael Laredo, Pedro Arcas, Vicente Marinescu y muchos más.
Excepcional por la ubicación, con un lago delante que nos definía los planos horizontales.
Excepcional por el tamaño y por la posibilidad de diseñar la vivienda con materiales nobles y dotarla de las últimas tecnologías.
Como el resto de nuestros proyectos, este diseño pretende ser la humilde, tenue y segura vana intención de dar cumplimiento al encargo de nuestros clientes.
Si marramos en el intento o no, a otros compete juzgarlo. En todo caso, de nosotros se podrá decir como de D. Quijote que, “nos inventamos pasiones para ejercitarnos y morimos por acometerlas”.
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